Ruta Clariniana de Carreño

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Datos básicos

Clasificación: Turismo activo

Clase: Rutas en Asturias

Tipo: Rutas culturales

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Carreño

Parroquia: Candás

Entidad: Candás

Comarca: Comarca del Cabo Peñas

Zona: Centro de Asturias

Situación: Costa de Asturias

Código postal: 33430

Cómo llegar: Ruta Clariniana de Carreño

Dirección digital: 8CMPH6QQ+66

 

Ruta Clariniana de Carreño

Descripción:

Introducción

El concejo o municipio asturiano de Carreño fue residencia veraniega del gran escritor Leopoldo Enrique García-Alas Ureña, Clarín, durante casi toda su vida, y motivo inspirador de una considerable parte de su producción literaria. La presencia de Carrreño en la narrativa de Leopoldo Alas es bastante abundante.

La Ruta Clariniana es una experiencia literario-turística única en España. Por primera vez la narración se encuentra inmersa en el paisaje, donde acontecen los hechos.

Tres son las obras y, por tanto, tres los tramos de la Ruta Clariniana: Doña Berta (3,5 km), Viaje Redondo (8,3 km) y Boroña (2,2 km), donde Clarín nos muestra el entramado socioeconómico y la arquitectura de los valles de Carreño, ese mundo rural que tan bien conocía.

Así, con Doña Berta paseamos por Piedeloro; Viaje Redondo nos lleva a Logrezana y Guimarán, y el protagonista de Boroña descubre al caminante-lector las parroquias de Prendes y Albandi.

Estos escenarios vivos están salpicados de elementos singulares y únicos, como las iglesias románicas, casas de indianos, paneras decoradas al estilo Carreño, la Quinta de Clarín, casonas, palacios, restos medievales, molinos, fuente, caserías...

Lectura, paisaje y gastronomía son los pilares fundamentales de la Ruta Clariniana de Carreño; un recorrido que se puede realizar en coche, bicicleta o a pie.

Tramo 1: Doña Berta (Candás - Piedeloro)

  • Recorrido: 3,5 km.
  • 8 citas literarias aprox.
  • Señalizadores de ruta.
  • Aparcamientos: ensanches de la carretera e iglesia de Piedeloro.

Doña Berta, obra publicada en 1892, relata las aventuras de una anciana fuera de su particular paraíso asturiano, condenada al trabajo, al dolor y a la muerte en medio de un ambiente impersonal, burocrático, prosaico; se trata de una metáfora sostenida sobre un mito tan viejo como la humanidad: el del paraíso perdido.

Una vez en Candás, nos situamos en la carretera comarcal CE-1 (polideportivo-campo de fútbol) y continuamos 2 km hasta llegar a la parroquia de Piedeloro, pasando por el núcleo de El Regueral. Dejamos a la izquierda la estación de ferrocarril y justo cuando pasamos un monte de eucaliptos tomamos la comarcal que nos lleva a Piedeloro. En este cruce se encuentra la primera cita literaria de la ruta.

Así describe Clarín la parroquia de doña Berta:

«Pertenece el rincón de hojas y hierbas de doña Berta a la parroquia de Pie del Oro, concejo de Carreño, partido judicial de Gijón y dentro de la parroquia se distingue el barrio de doña Berta con el nombre de Zaornín, y dentro del barrio se llama Susacasa a la hondonada frondosa en medio de la cual hay un gran prado que tiene por nombre Aren. Al extremo noroeste del prado pasa un arroyo orlado de altos álamos, abedules y cónicos humeros de hoja oscura, que comienza a rodear en espiral el tronco desde el suelo, tropezando con la hierba y con las flores de los márgenes del agua».

Cruzamos las vías del tren en dirección al alto de la iglesia. Llegados a este punto del camino hemos de visitar la iglesia de Santa María la Antigua de Piedeloro, declarada Monumento de Interés Nacional. Este edificio de una sola nave del siglo XII es la iglesia románica más importante del concejo. Destaca el arco del triunfo y las dos portadas, con arquivoltas y capiteles decorados con elementos vegetales, representaciones humanas y de aves y simbología esotérica.

A lo largo de todo el camino son numerosas las casas de indianos, con sus características palmeras, fruto de la emigración que sufrió el concejo en las últimas décadas del siglo XIX. También podemos disfrutar de varios hórreos y paneras decoradas al estilo Carreño.

Continuamos nuestro recorrido descendiendo hacia el barrio de Zanzabornín (Zaornín en la obra de Clarín), el barrio de doña Berta de Rendaliego, donde finaliza el tramo de la Ruta Clarianiana, en las proximidades de la estación del ferrocarril.

Tramo 2: Viaje Redondo (Guimarán - Logrezana)

  • Recorrido: 8,3 km.
  • 16 citas literarias aprox.
  • Señalizadores de ruta.
  • Aparcamientos: ensanches de la carretera, fuente El Cellero, iglesia de Logrezana, Centro de Iniciativa Rural.

Recrea el cuento Viaje Redondo un relato autobiográfico que data de 1895 y narra la historia de una madre y de su hijo «estudiante, poeta y soñador», camino de la iglesia de Logrezana; es el viaje de la existencia, simbolizado en el pórtico de la iglesia, que era, a la vez, «escuela de niños y antesala del cementerio».

Disfrutando de las maravillosas vistas del paseo marítimo de Candás, llegamos al panel informativo de la ruta clariniana, al lado del camping, en dirección a Perán; siguiendo la carretera AS-239 hacia Gijón llegamos al cruce Gijón-Avilés. A 2 km aproximadamente, encontramos Casa Gerardo Prendes y, enfrente del afamado restaurante, se localiza la señalización e inicio de la ruta de Viaje Redondo (comarcal CE-3). Tomamos el camino que discurre paralelo a la general y aproximadamente a 1 km, ya en Sebades, nos encontraremos con la finca solariega de los Alas, la Quinta Clarín.

En el lugar de sus antepasados, escenario de recuerdos entrañables y, con el transcurso de los años, el santuario donde «el Clarín escritor» convertiría en obra literaria la realidad de su entorno: la vida campesina, el paisaje y los avatares de las gentes de Carreño.

Orientada al mediodía, la finca tiene en su frente el extenso, armonioso y pintoresco Valle de Carreño, coronado por el Monte Areo (dólmenes y túmulos del 3.500 a. C.).

La Quinta consta de varias edificaciones: la residencia familiar fue reedificada por su hijo Adolfo en 1911; de la época del escritor se conserva una casa típicamente asturiana de dos plantas, con su viejo corredor, la capilla que data de 1871 y una pequeña construcción de planta cuadrada —belvedere que, erigida sobre el mirador, era el hogar literario de Clarín; además tiene un hórreo y la casa de los caseros, que se ocupaban de las tareas domésticas, agrícolas y del cuidado de la Quinta.

Situada en uno de los extremos de la finca está la Fuente del Cellero, dividida en tres cuerpos para los distintos usos del agua: fuente, lavadero y abrevadero. Era este también un enclave social, frecuentado principalmente por las mujeres y niños del entorno. Clarín se refiere a este lugar como rincón de juegos y encuentros juveniles de su hija Elisa.

Retomando nuestra ruta llegamos al Palacio de los Carreño. Perteneciente a la familia más importante del concejo, conserva, de su primitiva fábrica, dos puertas, además de la estructura. En la fachada principal, pared NW, se conserva uno de los escudos nobiliarios que tenía.

A unos 500 m del palacio nos encontramos con la iglesia románica de Santa María la Real de Logrezana, a la que Clarín acudía acompañando a su madre doña Leocadia. Conserva la portada oeste, el campanario y una magnífica ventana del primitivo ábside, llevada al muro Sur en una de las reparaciones de la iglesia en el siglo XVII. La portada tiene un arco de medio punto decorado con temas geométricos en zigzag y guardapolvos ajedrezados sostenidos por dos columnas; los capiteles están decorados con hojas policromadas.

«La madre y el hijo entraron en la iglesia. Era en el campo, a media ladera de la verde colina, desde cuya meseta, coronada de encinas y pinos, se veía el Cantábrico cercano. El templo ocupaba un vericueto, como una atalaya, oculto entre grandes castaños, el campanario vetusto, de tres huecos para sendas campanas oscuras, venerables con la pátina del óxido místico de su vejez de munis o estilistas, siempre al aire libre, sujetas a su destino se vislumbra entre los penachos blancos del fruto venidero y los verdores de las hojas lustrosas y gárrulas, movidas por la brisa, gayaderas encantadas en incensante baile de ritmo santo, solemne...».

Siguiendo el mismo camino hacia arriba nos encontramos con un cruce donde hay un mojón que nos indica que la ruta continúa hacia la derecha. Atravesando la Loma Cortina, zona con abundante arbolado, en dirección a Candás, terminaremos nuestro recorrido.

También cabe la posibilidad, si tomamos el cruce a la izquierda, de visitar las Escuelas de Logrezana, preciosa construcción de 1923, fruto de la emigración a América. Hoy todavía escuela, es sede de la Asociación de Vecinos (Centro de Iniciativa Rural) y Telecentro Rural.

Tramo 3: Boroña (Prendes- Albandi)

 

  • Recorrido: 2,2 km.
  • 6 citas literarias aprox.
  • Señalizadores de ruta.
  • Aparcamiento: ensanches de la carretera, iglesias, Centro de Iniciativa Rural.

Boroña es un cuento social con matices autobiográficos que aborda los problemas de la emigración a América: Pepe Francisca emigra a México en busca de nuevos y mejores horizontes y vuelve de las américas decrépito, enfermo del estómago, esperando recobrar la salud perdida con el «aire natal y leche con boroña».

Desde Candás, seguimos la carretera AS-239 dirección Gijón hasta El Empalme (cruce Gijón – Avilés). En este lugar se toma la AS-19 sentido Avilés, y a 2 km aproximadamente encontramos Casa Gerardo Prendes. Enfrente del afamado restaurante, nada más pasar su aparcamiento, se encuentra la señalización de dos rutas: Boroña y Viaje Redondo (CE-3).

Cruzamos los barrios de El Riestro y El Canto, donde podemos visitar la capilla del Santo Ángel de la Guarda, ermita que figura en el Catastro del Marqués de la Ensenada (1752), aunque las primeras referencias aparecen en unos versos en bable de Antón de Marirreguera, «príncipe de los poetas asturianos», cuya casa estaba situada debajo de la capilla. También en este barrio se encuentra la iglesia de Santa María de Prendes.

Descendemos, paralelos al Polígono de Falmuria, antiguo bosque de La Voz, descrito por Clarín con el nombre de «bosque de Carrió», en la que iba a ser la novela de Candás y Carreño por excelencia, Palomares.

Así describe Clarín esta zona en Boroña:

«En la carretera de la costa, en el trayecto de Gijón a Avilés, casi a la mitad de camino entre ambas florecientes villas, se detuvo el coche de carrera, al salir del bosque de la Voz, en la estrechez de una vega muy pintoresca, mullida con infinita hojarasca de castaños, robles, pinos y nogales, con los naturales tapices de la honda pradería de terciopelo verde oscuro, que desciende hasta refrescar sus lindes en un arroyo que busca de prisa y alborotando el cauce del Aboño. Era una tarde de agosto muy caluroso aún en Asturias, pero allí mitigaba la fiebre que difundía el ambiente una dulce brisa que se colaba por la angostura del valle, entrando como tamizada por entre las ramas gárrulas e inquietas del robledal espeso de la Voz que da sombra a la carretera en un buen trecho».

Dejamos atrás el polígono y, siguiendo el mismo camino, llegamos a la Quinta Chor, en la que pasó largas temporadas el pintor Nicanor Piñole. Situada a mitad de una ladera y orientada al mediodía, tiene sobre sí una masa oscura de pinares. A los costados avanzan dos salientes de tierra desbordantes de vegetación. Continuamos nuestro recorrido hasta el Centro de Iniciativa Rural de la parroquia de Albandi, en cuyas proximidades finaliza este recorrido de la Ruta Clariniana.

Fuente: Plan de Dinamización Turística Mancomunidad Cabo Peñas (concejos/municipios de Carreño y Gozón).

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